La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Arrecife, que dirige Abigail González, ha finalizado con éxito el ‘Proyecto Rofe’, una iniciativa pionera desarrollada a lo largo del curso escolar 2024-2025 en colaboración con la entidad Dejando Huella. El proyecto ha llevado a todos los centros educativos del municipio con aulas enclave una experiencia transformadora basada en la intervención asistida con perros como herramienta de apoyo emocional, social y cognitivo para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE).
Elisa Sanz Naya, guía canina especializada, y su compañero Rofe, un perro entrenado para trabajar con diferentes colectivos, entre ellos, con personas con diversidad funcional, han sido los protagonistas de esta intervención que la responsable capitalina de Educación confía en repetir el próximo curso escolar.
Cada viernes lectivo, Rofe ha compartido sesiones personalizadas con los alumnos y alumnas, divididas en pequeños grupos, lo que ha permitido una atención individualizada y adaptada a las características de cada participante. El recorrido de Rofe comenzó en el CEIP Benito Méndez y se extendió por los diferentes CEIP, CEO y la Escuela Infantil del municipio, abarcando así a todo el alumnado enclave de la capital.
Durante estos meses, las sesiones han estado enfocadas en crear un espacio seguro y motivador donde el vínculo con el perro sirviera como canal para fomentar la expresión emocional, la regulación conductual, la atención sostenida, la cooperación y la autoestima. La experiencia ha sido recibida con entusiasmo tanto por el alumnado como por el profesorado y las familias, quienes han coincidido en señalar el impacto positivo de la presencia de Rofe en el bienestar general del alumnado y en la dinámica del aula.
La concejala de Educación, Abigail González, ha destacado la importancia de este tipo de intervenciones, afirmando que “el Proyecto Rofe ha sido una oportunidad única para integrar en nuestras aulas un enfoque inclusivo y humanizador, donde el bienestar emocional del alumnado NEAE ha estado en el centro”.
González ha subrayado que “el contacto con Rofe ha generado confianza, motivación y alegría en los niños y niñas, ayudándoles a mejorar sus habilidades sociales, su autoestima y su capacidad para expresarse y relacionarse. Hemos visto cómo se abrían emocionalmente, cómo se sentían seguros y escuchados”.
La edil ha hecho hincapié en la importancia del poder transformador de la educación emocional y en la necesidad de seguir incorporando metodologías innovadoras como esta. “Rofe no ha sido solo un perro de intervención, ha sido un facilitador del aprendizaje, un apoyo emocional y un gran compañero”.