Redaccion Isla

“Amnistía” Pasar página atrás en el conflicto; Por Pedro San Ginés

Ya han corrido y correrán ríos de tinta con sesudas valoraciones jurídicas sobre la constitucionalidad o no de la amnistía exigida por el independentismo catalán a cambio de apoyar la investidura de Pedro Sánchez, pero aquí pretendo hacer una reflexión sobre las bondades que de tal amnistía nos vende el gobierno en funciones para mantenerse en él.

Vaya por delante que, particularmente, podría hasta compartir la oportunidad de modificar la Constitución para que cualquier nacionalidad de España, que no quiera pertenecer a este país, tenga el derecho a decidir por sí misma sin que se la retenga por la fuerza en un Estado del que no se sintiera parte. Otra cosa es que, teniendo el derecho de autodeterminación, defendiera la necesidad de ejercerlo y menos que, de hacerlo, deba o pueda prosperar la separación de España, ni siquiera en Cataluña a tenor de los últimos resultados electorales.

Cierto es que avanzar en el referéndum es una de las condiciones establecidas por el independentismo, sin renunciar a la unilateralidad, y así lo aprobó el propio Parlamento catalán, pero no lo es menos que el PSOE ha descartado tal pretensión, al menos de momento -que con Pedro Sánchez nunca se sabe cuándo va a “cambiar de opinión-.

Pongamos por tanto el foco en el principal argumento esgrimido para justificar la necesidad de una amnistía, por aquello de “pasar página y normalizar la situación en Cataluña, ante una situación excepcional”, dicen ahora el PSOE y Sumar, comparándola con la Ley de Amnistía de 1977.

Sin embargo, justo antes de las elecciones todo el PSOE negó la mayor con Pedro Sánchez a la cabeza, quien afirmó pública y categóricamente que “la amnistía no entra dentro de la Constitución”, en términos similares a lo dicho por múltiples miembros de su Ejecutivo y reflejado hasta en los informes jurídicos elaborados para indultar a los líderes del procés, coincidiendo entonces  en que “la amnistía sí era claramente inconstitucional”.

Por contra, ahora han tocado a rebato para decir justo lo contrario ante circunstancias supuestamente excepcionales de “interés general para el Estado”.

Cabe preguntarse pues cuál es la situación excepcional, porque desde luego no estamos ante un cambio de régimen, como se vivió con la Ley de Amnistía del 77 con la que ahora pretenden compararla, y la única respuesta creíble como situación excepcional sobrevenida es la imperiosa necesidad de Sánchez de contar con el voto de los independentistas catalanes para conservar la Presidencia.

No debemos olvidar que PSOE, Coalición Canaria, PP y Ciudadanos votamos a favor de la aplicación del artículo 155 de la Constitución y, por ende, de sus consecuencias judiciales, aunque Sánchez se desdiga ahora con que “la amnistía es una forma de pasar página y superar las consecuencias judiciales de una de las peores crisis de la democracia”. Un argumento realmente delirante e insultante para el más elemental sentido común y me explico.

¿Cómo pretenden hacernos creer que se trata de pasar página –si así fuera hasta cabría el debate de su oportunidad– cuando son los propios y potenciales amnistiados que la piden, quienes están explicitando que no es así, que el Gobierno debe admitir que “fuimos” el Estado represor el que vulneró sus derechos democráticos en Cataluña, al tiempo que anuncian que lo volverán a hacer libres de pecado, sin renunciar a la unilateralidad?

Y lo peor no es que lo diga Sumar o el propio presidente Sánchez -que ya sabemos que para conservar el poder es capaz de incumplir su palabra y compromisos electorales “cambiando de opinión” cuantas veces sea menester–, lo peor es que hay un ejército de periodistas, creadores de opinión y medios de comunicación, especialmente en la televisión pública, quienes olvidando las propias premisas de Junts y ERC insisten en alimentar la idea de que se trata de “pasar página”.

Que la amnistía no serviría para pasar página no lo digo yo, ni siquiera es un pensamiento, es lo que de manera categórica niegan y advierten explícitamente quienes la exigen.

Así que a otro perro con ese hueso. Aquí se trata de votos para la investidura, ni interés general, ni superar conflictos, ni pasar página, como no sea hacia atrás.

*Pedro M. San Ginés Gutiérrez es senador por la Comunidad Autónoma de Canarias

 

 

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Salud Mental; un reto común; Por Fran Santana

Hoy, 10 de octubre de 2023 se conmemora el día de la salud mental…. La gran pandemia de nuestra sociedad, la gran olvidada y a veces estigmatizada… .Desde la Confederación de Salud Mental se nos invita a la sociedad en general, y en especial a la comunidad educativa, a reflexionar sobre cómo se está gestionando la salud mental infanto juvenil. Un tema de suma y vital importancia ya que los niños/niñas, adolescentes y jóvenes han ido viendo mermada su salud emocional y mental tras la pandemia del Covid, hecho que se ha visto acrecentado por el tema de los dispositivos electrónicos, en especial las redes sociales y diversas aplicaciones móviles.

Como docente de un instituto público en Lanzarote, quiero hacer un llamamiento a la sociedad en general para que se den los mecanismos y se articulen los recursos necesarios de vital importancia en materia de prevención de salud mental. No podemos asistir a cómo el Gobierno central de España convoca tan pocas plazas PIR, dentro de nuestro sistema sanitario público (dichas plazas capacitan a los psicólogos clínicos a prevenir y detectar, entre otras funciones, las labores de salud mental); no podemos seguir de brazos cruzados mientras muchas cabezas siguen gritando y clamando a vox populi ¡AUXILIO y AYUDA!.

Como docentes, tenemos una labor preciosa de educar en todos los sentidos de la vida, una educación de calidad e integral que proporcione las herramientas necesarias para poder prevenir en
un primer momento, para luego tratar en un segundo estadio y finalmente para reinsertar en nuestra sociedad a las personas que sufren y padecen cualquier tipo de dolencia emocional/mental.

Romper el estigma de la enfermedad mental siempre ha sido el lema del Cribo, al que yo me he acogido para poder trabajar en el aula hasta antes de la pandemia. Una vez que nos visita el
Covid-19 cambiamos el enfoque y nos pusimos a trabajar para poder prevenir y actuar en materia de salud infanto juvenil.

Es por ello que propongo el siguiente decálogo de la buena salud mental:

1. ¡Quiero que en el aula se conozca bien cómo funciona el cuerpo, la mente, las emociones… y no tanto un currículum que nos desconecta y a veces, hasta deshumaniza!

2. ¡Quiero que nuestros niños/niñas, adolescentes y jóvenes detecten los mecanismos para afrontar diversas crisis existenciales, físicas y/o emocionales!

3. ¡Quiero que cambiemos la luz azul de las pantallas y aprender a mirar a los ojos, que es donde reside la luz del alma y de nuestras emociones!

4. ¡Quiero que aprendamos a pasar tiempo de calidad con nuestros jóvenes!

5. ¡Quiero que si la administración pública nos da la espalda en materia de salud mental o llega a destiempo, nos adelantemos y miremos cual es la necesidad real del entorno en donde nos
movemos!

6. ¡Quiero una sanidad pública de calidad y que atienda las verdaderas demandas de los que acuden a los centros hospitalarios y reduzca las listas de espera de los especialistas en psicología y psiquiatría!

7. ¡Quiero que se elimine, de una vez por todas, el estigma social en torno a que los enfermos de salud mental son peligrosos!

8. ¡Quiero más oferta pública de plazas PIR y por tanto, de psicólogos clínicos!

9. ¡Quiero que los curriculum se actualicen a las verdaderas necesidades y demandas de nuestros niños/niñas, adolescentes y jóvenes!

10. ¡Quiero que entre nosotros ayudemos a la prevención en salud emocional infanto-juvenil!

Y tú, que nos lees y que seguramente vibres con este tema de vital importancia, ¿qué crees que necesitamos para mejorar la salud mental en nuestros niños/as, adolescentes y jóvenes? Construyamos, mano a mano y juntos, el presente.

Fran Santana, afiliado del PP

 

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Elijo seguir de la mano del Tercer Sector porque creo con firmeza en las personas; Por Marci Acuña

Cuando decides retomar la vida como gestor político, manda la convicción, que en mi caso no es más que la fiel creencia de que las personas pueden y deben mejorar la realidad desde la óptica y con los medios de los que se dispone. Ese es y será mi credo.

Creo con firmeza en las personas, y en la posibilidad del cambio, de ahí que desde joven tuve clara mi vocación. Primero inmerso en el tejido juvenil y asociativo porque teníamos ansias de cambiar nuestra realidad, hasta ir forjando mi verdadera vocación que no es más que ser un engranaje de ayuda en los procesos personales de cambio.

Por ello creo en las personas, y en la necesidad y posibilidad de cambiar el presente y el futuro.

Por eso volví a la gestión pública, vuelvo para seguir apostando por el cambio y por la necesidad imperiosa de devolver a todos los agentes sociales, entidades y asociaciones el lugar que nunca debieron de perder porque sin duda son los verdaderos agentes promotores del cambio.

Si cierro los ojos, aún puedo recordar aquel grupo de madres y algunos padres que salieron a la calle buscando un sitio para atender a sus hijos e hijas cuando aún las adicciones era un tema incómodo que nadie quería abordar y la heroína destruía casi toda una generación. Gracias a esas madres y padres que ocuparon nuestras calles hoy nuestra isla dispone de una Red de Atención a las Adicciones que permite que la posibilidad exista.

Recuerdo a Doña Nena, mujer de un ánimo incansable que me ha dado las mayores de lecciones de vida, pionera y revolucionaria en la lucha contra las adicciones, con AFACODA y de la mano de una de las referentes en la defensa de los derechos de las personas más vulnerables, siempre en mi recuerdo a Lolina Curbelo.

Derecho y Justicia, con semilla generacional a través de los ojos de Tharais, que se introduce en el Centro Penitenciario de Tahiche, para que la reinserción sea un hecho y no un deseo.

Calor y Café, sinónimo de hogar para aquellos que no lo tienen, voluntarias de corazón, de entrega, de generosidad, de miradas limpias… Eternamente agradecido a Sor Ana, Benigna Trujillo y a todas las personas y voluntarios/as que ahí siguen día tras día sin descanso buscando respuestas para quien no las encuentra.

Forma parte de nuestra historia también, el nacimiento en el año 1992 de la Asociación de Salud Mental “El Cribo”, “Adislan” movimiento asociativo que defiende los derechos de las personas con discapacidad, “AFA Lanzarote” que busca de forma incansable respuestas al tratamiento, cuidados del alzhéimer y otras demencias y descanso y respiro a sus familias.

Asociación Mararía, referente en la defensa de la violencia de género en la isla de Lanzarote, la Asociación “Acompañar”, siempre de la mano con Sergio García su entrega y silencio sanador, Asociación Tinguafaya que visibiliza la necesidad del ocio de las personas con discapacidad, Asociación AFOL cobijo y apoyo para los enfermos onco-hematológicos, y tantas y tantas como APSAL, Asociación Creciendo Yaiza, Asociación Esclerosis Múltiple, Médicos de Mundo, Cruz Roja, TRIB-ARTE, ALANEM, ASPERCAN, ATDHAILANZ, Asoc. Pequeño Valiente, APSAL, Asociación Soculturas “La vida de Zuaina”, Asociación de mayores “La Destila”, Asomavo…y otras muchas y tantas que ahora no recuerdo pero que no olvido, y espero me sepan perdonar. ¡¡¡GRACIAS!!!  Gracias por formar parte del cambio, por compartir el mismo objetivo común que es hacer frente a las situaciones de desigualdad y de exclusión social.

Elijo seguir de la mano, compartiendo el mismo sueño, avanzando siempre en la misma dirección, sin olvidarnos nunca de marcarnos retos, sumar deseos, y afrontar la realidad como lo que somos…las administraciones desde nuestro deber de velar por los y las ciudadanos/as y ustedes llegando a todo aquello que nosotros no podemos llegar.

Elijo silenciar los cantos de sirena que balbucean que tratamos de escurrir el bulto, que escupen que los hechos son sólo declaración de intenciones, que torticeramente piensan que trabajar de la mano del Tercer Sector tratamos de despistar a la ciudadanía…, elijo no mirar a un pasado que me asusta que vuelva a pasar y vuelvo a elegir mirar al futuro, nunca sólo, siempre con ustedes porque obra son amores y no buenas razones.

Siempre estaré en deuda con ustedes, el tejido asociativo.

Marci Acuña, consejero de Bienestar Social e Inclusión del Cabildo de Lanzarote

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¿Cien días?; Por Oswaldo Betancort. Presidente del Cabildo de Lanzarote

El otro día alguien me dijo que había que hacer balance de los primeros cien días de Gobierno en el Cabildo. “¿Cien días llevamos ya?”, pregunté. Y lo pregunté por la sencilla razón de que desde que tomé posesión no he parado un segundo, como no han parado mis compañeros de gobierno, de proyecto en común, y como no han parado los trabajadores de la institución porque ahora sí tienen una encomienda y un objetivo que sacar adelante. Hemos hecho tanto en tan poco tiempo que si me dicen que ha pasado una semana desde que llegamos, me lo habría creído. El tiempo pasa volando y tenemos mucho que hacer. Y pasa volando sobre todo cuando trabajas con ganas y aprovechas cada minuto de una oportunidad que es única. Así me lo he tomado, como una oportunidad que me ha dado la vida que no pienso desaprovechar.

Otros, sin embargo, parece que llevaban desde el primer día esperando a que se cumplieran los tres meses que, supuestamente, se da de gracia a todos los políticos antes de comenzar con la leña. Se les ha debido hacer eterno. Estaban esperando para decir, algunos incluso para escribir, lo mismo que habrían dicho tras el primer segundo de mi mandato. Porque, por desgracia, la gente que está en la oposición en el Cabildo no está ahí para construir, está para destruir o para criticar. Es el caso de un Partido Socialista (PSOE) que no sabe ni dónde meterse al demostrar en tiempo récord que todo lo que no han hecho en cuatro años lo hemos hecho nosotros en estos cien días, más todo lo nuevo que vendrá fruto de nuestro esfuerzo. Se dedican todo el santo día a criticar y poner excusas absurdas sobre la sinrazón que ha supuesto su gestión, una gestión que se ha visto claramente marcada por la obsesión del PSOE con mi compañero Pedro San Ginés. Mira que podrían haber compatibilizado el marcaje a Pedro con el trabajo productivo; pero no, gastaban tantas energías en el anterior presidente, seguramente, que por la sed de venganza de algunos (a los que parece ser que supo retratar y poner en su sitio), que no les debían quedar fuerzas para hacer nada que tuviera que ver con el interés general de la ciudadanía.

Los otros, los del otro grupo, a excepción de momento del portavoz de VOX, Óscar Pérez, obsesionados con una labor de desgaste que tiene como objetivo encumbrar al que se supone que va a ser el líder de un movimiento insularista tipo PIL que pretende cambiar el sino de la política lanzaroteña del futuro.

Lo cierto es que tienen a Óscar Noda un día sí y otro también acusándome de dictador y de no sé cuantas cosas más, todo porque estoy tomando decisiones, porque estoy resolviendo problemas. Y estoy resolviendo los problemas que su amiga María Dolores Corujo Berriel fue incapaz de resolver, entre ellos, el enorme socavón que dejaron en Los Hervideros, su absurda negativa a que hubiera turismo de cruceros en Playa Blanca o el problemón que tienen en el sur con el agua, con el transporte y con la red de saneamiento que no llega a muchos núcleos habitados. Pero, claro, sólo por cuestiones electorales el señor Noda no se mostró tan activo y beligerante como ahora, prefirió no molestar a los dirigentes del PSOE en la idea que tenían todos de que los números les iban a ser favorables e iban a conseguir prorrogar otros cuatro años más el Gobierno del desgobierno. Menos mal que el pueblo de Lanzarote les puso en su sitio y no permitió semejante cosa. Que no se preocupe el líder del futuro movimiento insularista que yo no soy como ellos; gobernaré con la misma mano tendida de siempre, pondré todo mi empeño en que Yaiza tenga todo lo que necesita y merece, sin sectarismo de ningún tipo, sin mirar el color político. Solucionaré con mis socios de gobierno el problema de Los Hervideros, del agua, del saneamiento, de los cruceros, del transporte, de las carreteras…

No me importa, que sigan con su hoja de ruta. Mientras, como hemos hecho en estos primeros cien días, sacaremos de los cajones asuntos escondidos como el planeamiento, resolveremos problemas como la escasez de inversiones en energías renovables, trataremos de que nuestros estudiantes sean un poco menos estudiantes de segunda, arreglaremos los problemas sanitarios y pondremos instalaciones para que la gente pueda visitar a sus enfermos sin tener que aparcar en la Conchinchina, haremos que Arrecife tenga el puerto que merece, que los empresarios no sean perseguidos, que los artistas encuentren hueco y aplauso más allá de las líneas marcadas por los de lo políticamente correcto, aumentaremos las becas, ayudaremos a los deportistas, construiremos nuevas instalaciones deportivas, arreglaremos las que están mal, pondremos más guaguas para tratar de que haya menos coches, abriremos debates sinceros sobre nuestra capacidad de carga, sobre la capacidad de carga de La Graciosa, escucharemos a la gente y tendremos en cuenta sus opiniones, no nos dejaremos presionar por ningún grupo de poder empresarial ni de comunicación… Son tantas cosas que cuando me digan que ha pasado un año del actual mandato pensaré que han pasado dos semanas.

Han sido cien días de ir de sorpresa en sorpresa. Si les digo que lo que nos encontramos era un desastre, seguro que me regañan porque me quedaría muy corto en la expresión que se debe emplear para describir cómo estaba y todavía está en parte este Cabildo. No importa. Ya hemos cambiado el rumbo, hemos enderezado el timón y el barco va viento en popa a toda vela.

A todos los que están siempre con el no en la boca y a todos los que buscan más el enredo que el progreso, que me sigan llamando iluso si quieren, que busquen temas con los que dar leña; me da lo mismo, porque hagan lo que hagan, seguiré manteniendo esa ilusión con la que me presenté al cargo de presidente del Cabildo y con la que logré la mayoría de los votos en una compleja y difícil jornada electoral que se analizará en justicia con la perspectiva de los años.

Los que siguen mi trayectoria recordarán que cuando arrancó la precampaña electoral elegí la palabra “ilusión” para definir mi camino y el de todos los que decidieran apoyarme, lo pusimos hasta en las camisetas que algunos estarán utilizando ahora para limpiar el polvo o para sudar en la bicicleta estática; ilusión principalmente por lograr gobernar, no para ejercer el gobierno de forma tiránica o sectaria, sino para hacer el bien. Y el bien no es ni más ni menos que crear una sociedad mejor para todos, para los que tenemos ilusión y para los que no, construir un Lanzarote distinto al actual, porque ya ahora no tengo dudas puesto que tengo toda la información. Los que nos gobernaron antes estaban más pendientes de sus cuestiones personales y de sus vendetas que de la construcción de algo que sea digno de que las generaciones futuras lo recuerden y lo mencionen.

Todos tenemos un motor y todos necesitamos algún tipo de combustible. El mío es este, la ilusión. No es tan difícil a veces la vida, y la política tampoco. Se trata simplemente de eso, de tener una meta, de rodearse de un equipo comprometido, ponerle ganas, tener un plan de actuación claro y echarse a caminar al día siguiente de que la gente te dé su confianza. Esa es la clave, hacer lo que tantas y tantas veces me decía mi padre cuando era un chinijo, que no dejara para mañana lo que podía hacer hoy. Filosofía que desde luego no se puede aplicar a los que hemos tenido en el Cabildo de Lanzarote en los últimos cuatro años, gente que se dedicó en cuerpo y alma a administrar la rutina y a hacer que trabajaban, los mismos que vienen ahora a sacar una nota de prensa de cada asunto que vamos resolviendo. Cuando se cansen, me gustaría que me llamaran y que decidieran ofrecer su tiempo para el bien común. Yo les atenderé y les recibiré sin problema. A todos ellos. Si quieren trabajar por el bien de Lanzarote, no tengo problema en crear un gobierno de concentración en el que los que tenemos el bastón de mando aceptemos, valoremos y aprobemos las ideas de los que no lo tienen. Me da que esta oferta que les lanzo, de nuevo, caerá en saco roto. Unos y otros tienen otros intereses. No son, seguramente, los de la gente que no está en sus cábalas políticas, ni los míos. ¿Cien días? El tiempo pasa muy rápido y no tenemos un segundo que perder.

Oswaldo Betancort Garcia. Presidente del Cabildo de Lanzarote

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Ya los conocemos; Por Yoné Caraballo

El viernes 22 de septiembre me estrenaba como parlamentario de las islas de Lanzarote y La Graciosa en la comisión de Sanidad del Parlamento de Canarias. Un auténtico honor y responsabilidad para un enfermero que llevaba 18 años ejerciendo con orgullo el cuidado a las personas en el Hospital Universitario Doctor José Molina Orosa.

Aproveché la primera intervención para expresar mi agradecimiento y admiración hacia mis compañeros del área de salud de Lanzarote y, en general, a todas las compañeras del Servicio Canario de Salud. Ellas/os son el verdadero motivo por el cual me metí en el tinglado de la política, habiendo ejercido previamente como sindicalista durante cinco años.

Mi paso por el sindicalismo coincidió con la primera etapa de gobierno del actual presidente de Canarias, Fernando Clavijo. De 2016 a 2019 los sanitarios vivimos situaciones de verdadera tensión, con cargas de trabajo impropias de un sistema público avanzado y con recortes en material que nos obligaban a ser ingeniosos. Fueron años duros y complicados que aún recordamos todos los sanitarios.

Recuerdo algunas situaciones de lucha sindical en contra de los recortes, de la falta de servicios o de la parálisis en la puesta en marcha de las oposiciones. Un grupo de compañeros sanitarios nos reunimos con Clavijo en el año 2018 al calor de la lucha por una OPE más justa, donde pudimos comprobar que el modelo de CC era distante a reforzar el servicio público. Derivaciones masivas a los hospitales privados, peonadas de servicios y falta de recursos.

Una de las luchas por la que más orgullo siento es la de haber conseguido la segunda ambulancia medicalizada para Lanzarote. Antes esta isla contaba con una única ambulancia medicalizada ubicada en Arrecife. Las emergencias a Playa Blanca, desgraciadamente, eran para recoger fallecidos dado que la distancia no permitía una asistencia rápida. Afortunadamente, en la actualidad esta ambulancia se encuentra en la localidad sureña salvando vidas.

Por tanto, los sanitarios y activistas de la sanidad pública ya conocemos las artes de los gobiernos conservadores de CC y Fernando Clavijo. Sabemos qué modelo tienen para la sanidad pública. Hemos vivido en nuestras carnes sus políticas, sus presiones y también sus silencios y menosprecios. Sabemos, también, el uso que hacen de los puestos de gerencia y de alta dirección. Las cacicadas para colocar miembros de su partido alejados de la realidad sanitaria.

Pero todo esto no nos pillaría por sorpresa si no fuese por un hecho que lo cambió todo. Hace apenas dos años, Canarias y el mundo se sumergió en la crisis sanitaria más mortífera de la que tenemos memoria. La pandemia de la Covid-19 nos evidenció lo vulnerables que somos como humanidad y la importancia de poseer sistemas públicos dotados y previsores. La pandemia constató que lo público, en situaciones de crisis, es la salvaguarda que tienen las sociedades en un mundo que gira en la lógica capitalista de “todo tiene un precio”. Recuerden, si no, que fue la capacidad de los estados lo que incentivó la extraordinaria y rápida investigación de la vacuna. O el eficaz mecanismo de vacunación donde prevalecían criterios de defensa de lo común y no de coste y beneficio. ¿De verdad que ya nos hemos olvidado?, ¿Qué hubiese pasado si la gestión de la pandemia se hubiese realizado con un sistema de salud externalizado, privativo e infradotado?; ¿Qué hubiese pasado si los ciudadanos, en vez de tener su vacuna gratis y universal, tuvieran que comprarla? No quiero ni imaginarlo.

Por todo esto, y porque creo en una Canarias donde prevalezca la justicia social y un fuerte estado de bienestar, es por lo que estoy preocupado con los primeros pasos de este consorcio conservador entre CC y PP. Este gobierno de Canarias ha adquirido los postulados ultraliberales de gobiernos tan polémicos como los de Ayuso en Madrid, con una tendencia a debilitar la presencia de lo público a favor de la externalización o, simplemente, privatización. A nadie se le escapa la situación que se ha vivido en estos últimos años en la capital de España, con unos servicios sanitarios tensionados y unos sanitarios en una lucha constante por dignificar la profesión. Espero que esto no ocurra en Canarias.

En este escenario empiezo mi primera andadura como representante público en el Parlamento de Canarias. Como me comprometí con los ciudadanos de Lanzarote y La Graciosa, desempeñaré mi cargo como lo he venido haciendo en mi labor de sanitario y sindicalista. Primero, desde la filosofía de la política de los cuidados y, segundo, con las mismas fuerzas y cabezonería a favor de la igualdad, la justicia social y la sanidad pública.

Porque seré nuevo en esto de la política, pero ya conozco a algunos de los que se sientan en los sillones azules del gobierno.

Yoné Caraballo es diputado por Nueva Canarias-Bloque Canarista por las islas de Lanzarote y La Graciosa.

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