
El consejero del Grupo Mixto (UPY-NC) en el Cabildo Insular de Lanzarote, Óscar Noda, ha sido uno de los consejeros que ayer, en el pleno del Cabildo, abandonó la sala por las “continuas e injustificadas ausencias” del presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, del pleno cabildicio.
“No solamente se encontraba ausente en la última sesión plenaria sin justificación alguna —alega Noda—; en la sesión de ayer se marchaba del pleno y tardaba enormemente en volver, dejando a la vicepresidenta al mando de la sesión. El pleno del Cabildo es el máximo órgano para debatir todo lo concerniente a la isla y el presidente ha vuelto a mostrar el poco respeto que tiene por la isla de Lanzarote, sus ciudadanos y los problemas que sufren en el día a día, demostrando el escaso nivel político que tiene al no ser capaz de ejecutar ni la más elemental de sus tareas: presidir el pleno del Cabildo de Lanzarote, algo de su propia competencia”.
“Pero la indolencia que muestra Oswaldo Betancort con Lanzarote, con sus ausencias irrespetuosas del pleno, ayer se agravó mucho más. A las 14:44 horas envió una nota desde el Cabildo donde, cargado de cinismo, acusaba a los consejeros de la oposición de ‘abandonar el pleno de manera intencionada, impidiendo el normal desarrollo del debate’. Señor presidente, por supuesto que abandonamos el pleno de manera intencionada; no fue fortuita. Y si alguien está impidiendo el desarrollo de la sesión, de esta y de la anterior, es usted con sus ausencias injustificadas: parece importarle poco la institución que preside. Lo más lamentable es que nos acusa de falta de respeto hacia la vicepresidenta del Cabildo y saca el feminismo a pasear, tratando de parapetarse en una excusa absurda que roza el insulto a la inteligencia. Usted no falta al respeto a las mujeres; lo hace a toda la ciudadanía de Lanzarote y La Graciosa. Hay que tener la cara de cemento armado cuando usted no va a los plenos o se ausenta continuamente de los mismos o, incluso, estando en ellos y siendo interpelado para que responda de determinados asuntos como el agua, la vivienda o la escasa inversión en Lanzarote, se hace el mudo y actúa como mero moderador, pero acusa a los demás de desconsideración institucional. Mayor descomedimiento, imposible. ‘Espectáculos impropios’ o ‘actitudes partidistas’ dice Oswaldo Betancort, cuando es él quien no aparece por los plenos y aprueba cuestiones solo para el aprovechamiento de su partido, aunque no beneficien a Lanzarote”.
“Pero no queda todo ahí. Apenas media hora después puso en marcha la maquinaria —no sé si del fango— y difundió una nueva nota exculpatoria desde Coalición Canaria en la que seguía la línea de excusas ridículas y acusaciones a la oposición para tapar sus vergüenzas. Justifica su ausencia de ayer por una votación del Consejo de Parques Nacionales; la del anterior pleno sigue sin justificarla. Y se osa hablar de normalidad institucional, de falso conflicto institucional, de maniobras y de nula altura política, en lugar de trabajar por el interés general. Lo dice el señor Betancort, el supuesto presidente de todos los lanzaroteños y gracioseros, que, cual Houdini de tercera división, desaparece de la isla y del pleno sin dar explicaciones. Betancort aprovecha la nota de sus acólitos para criticar al PSOE y se atreve, sin ni tan siquiera sonrojarse, a decir que ‘queda acreditado que el presidente mostró su respeto y vocación democrática’. Si Oswaldo Betancort considera respeto y vocación democrática no acudir a los plenos de la primera institución insular, ausentarse de forma continuada, no aprobar ni una sola de las propuestas de la oposición durante meses —aunque sean favorables a los lanzaroteños—, si su legislatura es un ejemplo de respeto y vocación democrática, puedo decir, sin temor a equivocarme, que Lanzarote y La Graciosa tienen un problema muy serio, casi irresoluble, que se llama Oswaldo Betancort”, concluye Óscar Noda.