Hay momentos en la historia de un pueblo que no se explican por grandes gestas militares ni por fastuosas obras (o cruces) de piedra, sino por algo mucho más silencioso y, a la vez, más duradero: la voluntad de pensar, de debatir, de instruirse. Canarias tuvo uno de esos momentos a finales del siglo XIX, cuando un grupo de hombres decidió que el progreso no vendría solo de los puertos ni del comercio, sino del conocimiento compartido. Aquel espacio se llamó Gabinete de Instrucción de Santa Cruz de Tenerife.
No fue una iniciativa casual ni ornamental. Surgió en un tiempo convulso, marcado por cambios políticos, por la desigualdad social y por una profunda sensación de periferia. En ese contexto, crear un lugar dedicado al pensamiento era casi un acto de rebeldía. El Gabinete no fue únicamente una sociedad cultural. Fue, sobre todo, una actitud. En una Canarias todavía fragmentada y con enormes carencias educativas, supuso un ejercicio de valentía intelectual: crear un lugar para el debate, la lectura, la ciencia, la literatura y la reflexión cívica. Allí se habló de identidad, de modernidad, de educación y de futuro, cuando todo invitaba a resignarse a un papel secundario en el mapa.
Aquellos gabinetes —porque no fueron exclusivos de Tenerife— nacían de una convicción profunda y casi incómoda: un pueblo que no se instruye acaba siendo administrado por otros. Y esa idea, tan vigente hoy, caló en una generación que entendió que el progreso no podía imponerse desde fuera ni limitarse a infraestructuras, sino que debía construirse desde dentro, desde la conciencia colectiva y el pensamiento crítico.
Mirar hoy al Gabinete de Instrucción es también mirarnos a nosotros mismos. Porque Arrecife, como tantas ciudades canarias, ha vivido históricamente entre la urgencia del día a día y la necesidad de pensarse a largo plazo. Puerto, frontera, ciudad en crecimiento acelerado, Arrecife ha sido más lugar de paso que de pausa. Más resolutiva que reflexiva. Y, sin embargo, cada vez que la ciudad ha avanzado de verdad, lo ha hecho cuando ha sabido detenerse a reflexionar, a debatir su modelo y a imaginar su porvenir.
No es casualidad que en Arrecife hayan surgido, a lo largo del tiempo, movimientos culturales, asociaciones vecinales y espacios de debate y compromiso cívico que, salvando las distancias, recuerdan aquel espíritu del Gabinete. Lugares donde se entiende que la ciudad no es solo urbanismo y cemento, sino también pensamiento, memoria y proyecto colectivo. Donde se asume que construir ciudad es también construir ciudadanía.
Hoy, cuando hablamos de planeamiento, de modelo urbano, de vivienda o de cohesión social, en el fondo estamos retomando aquella conversación iniciada hace más de un siglo: qué Canarias queremos ser y qué papel juegan nuestras ciudades en ese relato común. El Gabinete de Instrucción nos recuerda que el progreso sin conciencia es frágil, que el crecimiento sin reflexión termina siendo desigual y que las decisiones públicas deben sostenerse sobre una ciudadanía formada, crítica y participativa.
Quizá el mayor legado de aquel Gabinete no esté en sus actas ni en sus conferencias, sino en algo mucho más profundo: en haber demostrado que Canarias podía pensarse a sí misma sin complejos, con voz propia y con ambición intelectual. Que no éramos únicamente un territorio que administrar, sino una sociedad capaz de reflexionar sobre su identidad, su modelo de desarrollo y su futuro común.
Hoy, cuando Arrecife afronta decisiones que marcarán su fisonomía y su alma durante décadas, esa lección cobra pleno sentido. Gobernar una ciudad no es solo ordenar suelo, levantar infraestructuras o resolver urgencias; es, sobre todo, asumir la responsabilidad de pensarla. Pensarla con rigor, con memoria y con visión de futuro.
Porque las ciudades que perduran no son las que más rápido crecen, sino las que saben detenerse a tiempo, mirarse de frente y decidir qué quieren ser. Y porque, al final, el verdadero progreso comienza siempre del mismo modo: cuando una comunidad se reúne, se pregunta y se atreve a pensar.
Maciot Cabrera. Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arrecife