La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa tecnológica proyectada hacia un futuro lejano. Está entre nosotros y está transformando la manera en que diagnosticamos, tratamos y gestionamos los recursos en los sistemas sanitarios. No hablamos de ciencia ficción ni de experimentos de laboratorio, sino de realidades que pacientes y profesionales ya viven a diario: algoritmos que ayudan a detectar enfermedades en fases más tempranas, sistemas capaces de prever la presión asistencial o herramientas que devuelven al profesional minutos preciosos para fortalecer la relación humana con el paciente.
En este contexto, la formación en IA no puede entenderse como una opción voluntaria ni como un complemento decorativo. Es, sencillamente, una obligación estratégica. La iniciativa AI Health Fundamentals, impulsada por Founderz y Microsoft, lo confirma con claridad: la sanidad del futuro será impensable sin competencias sólidas en inteligencia artificial, ética digital y gestión del dato. Canarias, que ya ha demostrado en otras ocasiones su capacidad para situarse a la vanguardia cuando apuesta decididamente por la innovación, no puede quedar al margen de este proceso.
Desde la Consejería de Sanidad, a través de la Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (ESSSCAN), asumimos que nuestra misión es mucho más que impartir cursos. Nuestra labor consiste en acompañar a los profesionales y a las instituciones en una transición compleja, que requiere conocimiento, prudencia y liderazgo. Queremos ofrecer itinerarios formativos que abarquen desde la alfabetización digital básica hasta programas avanzados para perfiles especializados, y hacerlo siempre desde una perspectiva ética, responsable y adaptada a nuestra realidad insular. La ESSSCAN debe ser guía, garante y también laboratorio de innovación, con una propuesta formativa que dialogue con nuestra normativa y que sitúe en el centro a los pacientes canarios.
No apostar por esta formación supondría ampliar la brecha tecnológica respecto a otros sistemas de salud, quedarnos únicamente como usuarios de modelos diseñados fuera de nuestro contexto y, en consecuencia, perder autonomía. Al contrario, invertir en capacitación nos permite garantizar seguridad y confianza, comprender los riesgos y sesgos que pueden acompañar a la IA, y anticiparnos a retos de gestión de recursos: desde la planificación de camas hasta la disponibilidad de medicamentos o personal. Además, abre la puerta a generar innovación local: atraer talento, impulsar proyectos desde nuestras islas y contribuir con soluciones propias a los grandes desafíos sanitarios globales.
Podemos imaginar un futuro en el que los médicos trabajen con asistentes inteligentes que les apoyen en la toma de decisiones y les liberen tiempo para el trato humano; en el que los modelos predictivos ayuden a evitar la saturación de hospitales en temporadas críticas; en el que la monitorización continua de pacientes crónicos alerte a tiempo de un empeoramiento antes de que sea necesario un ingreso; o en el que los datos sanitarios generados en Canarias sean la base de proyectos de investigación punteros, desarrollados bajo los más estrictos estándares éticos y de privacidad.
Ese futuro no es una utopía: está a nuestro alcance si damos hoy el paso decidido de considerar la formación en inteligencia artificial como una competencia transversal para todos los profesionales sanitarios. La IA no va a sustituir al talento humano, pero sí puede amplificarlo, multiplicando su alcance y su impacto allí donde exista visión y preparación.
La ESSSCAN está lista para liderar ese camino en Canarias. Ahora lo que necesitamos es que profesionales, instituciones y ciudadanía hagamos nuestra esta oportunidad histórica. Porque el futuro de la sanidad, lejos de improvisarse, se forma, se planifica y se lidera.
José Montelongo
Director de la Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (ESSSCAN)